Lo sabes. Y por si se te pudiera olvidar, tienes innumerables recordatorios a través de la publicidad, películas, canciones, cuentos, libros y demás escenarios de arquetipos. Todo lo que necesitas para ser feliz es Amor. Solo que no te han enseñado que este maravilloso amor que andas buscando -y echando en falta cuando no lo sientes- es en realidad tu propio amor.
Ponlo en práctica, busca tu canción de amor preferida, o una con la que hayas llorado mares de soledad tras una separación dolorosa. ¿La tienes? Bien. Ahora, escúchala, pero esta vez, en lugar de pensar en la persona con la que la asocias, escúchala y cántala para ti, pensando y hablándote a ti. ¿Cómo te sientes? Cuando, tras una separación de pareja, sientes desolación y abandono, en realidad no es la ausencia de la otra persona lo que te duele. Lo que te duele en realidad son tus propios pensamientos, tus propias conclusiones sobre tu persona, sobre tu valía, sobre por qué se ha terminado la relación. Todos esos "te-echo-de-menos" y "sin-ti-no-soy-nada" sólo tienen sentido cuando es a ti a quien se lo dices, a quien se lo cantas. Tú eres el amor de tu vida, el único y verdadero amor de tu vida. Eres la única persona que puede escucharte y darte todo lo que necesitas, en todo momento. Y cuando aprendes esto, y lo vives en tu día a día, solo entonces, puedes compartir tu amor con otras personas -pareja, amigos, hijos, padres, compañeros-, solo que ahora tu felicidad no depende de si ellos cumplen o no con tus expectativas, de si satisfacen o no tus necesidades, de si se quedan o se van, porque el amor que de verdad necesitas, está siempre contigo. |